sábado, 21 de abril de 2012

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Barcelona, buenos tiempos para la lírica

Múltiples locales acogen ciclos regulares de recitales que convierten a la capital catalana en un referente de la poesía oral

Artículo en La Vanguardia. es (enlace)

Cultura | 20/04/2012 - 00:01h
Una de las sesiones del Poetry Slam Archivo
Albert Lladó
Barcelona Redactor Sharing Service


Faltan pocos días (del 8 al 17 de mayo) para que el Festival Internacional de Poesía de Barcelona, dirigido por Eduard Escoffet y Martí Sales, llene la ciudad de voces y versos. Los escenarios irán desde el siempre imponente Palau de la Música a las bibliotecas públicas, librerías, museos o teatros. La palabra dicha se reivindica, así, como protagonista de discursos que van mucho más allá del tópico y lo manido.
Pero Barcelona lleva años siendo, con un gran incremento de actividad en los últimos meses, un auténtico motor de recitales y actos en los que la poesía reúne a decenas de personas con ganas de escuchar y ser escuchados. Uno de los proyectos más emblemáticos, y con más tradición, es el ORINAL (Obrador de Recitacions i Noves Actituds Literàries), que cada miércoles coordina Josep Pedrals.
Desde hace tres años, Juan Vico y Álex Chico organizan Els dilluns de La Cigale, en el acogedor local de Gràcia, por el que han pasado desde poetas "a palo seco" a rapsodas que se acercan a la performance. La música, aquí, es bienvenida siempre que acompañe a la palabra. Chico nos explica que lo que siempre han buscado es "un tipo de lectura austera".
La aparición, en octubre, del Espai Bohèmia - que ha revitalizado el Nostre Racó, un lugar con 40 años de existencia - ha venido a reafirmar que algo está pasando en la ciudad. Después de algunos años de apatía, los poetas vuelven a tener espacio y público. El escritorFernando Clemot, que dinamiza las lecturas, puntualiza: "no sólo ofrecemos recitales de poesía. Ha habido lecturas de narrativa, presentaciones de libros, exposiciones fotográficas y muchos conciertos". Pero, sin duda, uno de los aspectos que convierten a este espacio en un lugar mágico es la improvisación: "tenemos guitarras y un piano descascarillado que los clientes pueden tocar o aporrear".
Pero de poéticas hay tantas como proyectos. La aparición en Barcelona, en febrero de 2010, del Poetry Slam, ha sido clave también para romper con la idea de que un recital de poesía es un acto aburrido al que acuden cuatro gatos. Se trata de un torneo donde doce poetas compiten por el aplauso del público. El éxito ha sido tal que, ahora, se organiza una sesión mensual en el Espai d’Art Tinta Roja, en Poble Sec. Ismael Guzmán, encargado de la comunicación del certamen, nos explica que la buena acogida les ha animado a crear lo que han llamado el Cabaret Slam: "una plataforma donde tienen cabida las artes visuales, interpretativas y literarias, y que da la posibilidad de subir al escenario a jóvenes creadores".
Barcelona vuelve a rimar

Álex Chico defiende que "era incomprensible que una ciudad que alberga las editoriales más importantes de la literatura española actual no tuviera una continuidad proporcional en los espectáculos diarios o semanales".

Por su parte, Guzmán cree que "se vive un gran momento". La masiva utilización de las redes sociales ha ayudado, qué duda cabe, a dar visibilidad a actos que antes podían existir pero que eran minoritarios. Sin embargo, desde Poetry Slam sostienen que "para conseguir que el público asista a estos recitales hacen falta, además del buen hacer de los poetas, unos criterios de gestión y producción cultural".
Juan Vico no es tan optimista: "probablemente, Barcelona no llega aún al nivel de Madrid" aunque reconoce que "estamos por el buen camino". Para el poeta "lo bueno es que se está entendiendo que es un trabajo de base, cuya salud depende en buena parte de su independencia respecto a cualquier tipo de oficialismo".
Pedimos a algunos de ellos que nos recomienden locales o ciclos más allá de los que ellos coordinan. Los poetas, aunque pueda parecerlo, no se miran el ombligo. Son organizadores y oyentes, a la vez. Enseguida salen nombres imprescindibles como el Heliogàbal. O algunos menos conocidos hasta ahora como los Reversos Infames, las actividades de Freedonia, los encuentros del Aula de Poesía en el Cincomonos, el Inèdit del Raval, el Astrolabi o, según palabras de Clemot, "el activismo de Ruben Darío en Castells de la Muntanya". Y un largo etcétera que demuestra que Barcelona vuelve a ser escenario y altavoz.